A finales de la pasada primavera me embarqué en una travesía literaria que llegó a puertos donde "La casa de las glicinias" y yo hemos sido muy felices.
Todavía no ha transcurrido un año desde que zarpé a bordo de esa novela cuando ya debo anunciar que otro título pide paso.
"Desde el faro de la genista" en estos momentos se acicala para su lanzamiento, el próximo 19 de abril de 2024. En el momento en que escribo estas líneas, quedan poco más de tres semanas para ese momento.
A lo largo de unos cuantos años, la trama de esta historia de lealtades y oleajes me aguardaba en el cajón donde encierro todo lo que escribo.
Nuestro encuentro fue toda una revelación. La novela deseaba que unas silvestres, mediterráneas y llamativas flores amarillas protagonizasen su portada.
Yo precisé reescribirla de forma que el devenir de esos personajes -sí, en realidad son personas cuyas vidas se han cruzado con la mía- fuese narrado por la mujer que soy hoy.
Y... ¿Viajarán a lugares que forman parte de mi geografía emocional? Sin duda.
Y... ¿El Arte, en sus diversas manifestaciones, alumbrará sus caminos como el faro lo hace para los barcos que a él se acercan? Así es.
Y... ¿Se asomarán al abismo de sus lealtades, llevados por la incertidumbre ante obrar de forma justa o correcta? Por descontado.
Y, de nuevo... ¿Las flores llenarán de color y delicados aromas cada escena de siete capítulos bautizados con sus nombres? Lo harán.
Y, furioso o en calma... ¿El mar será testigo de sus secretos y cómplice en sus intrigas? Desde luego.
Y... ¿Alrededor de las relaciones humanas girarán misterios escondidos en amistad, pasiones, promesas? Algunos de ellos, imposibles de olvidar.
Y... ¿Demostrarán, cada uno de esos personajes, que las casualidades no existen? Es su destino.
Aceptaré que madurar no es un cambio, sino una evolución. Los lectores y lectoras de "La casa de las glicinias" han desplegado todo su afecto con la novela y conmigo. Estoy muy, muy agradecida por su acogida.
Con los brazos abiertos permanecen a la espera de que que llegue a sus puertos "Desde el faro de la genista". No me cansaré de recordarles cómo aprecio su apoyo.
Pues, en unas semanas, será de papel mi palabra susurrada. Vuelvo a ser quien relata aquello que he vivido en mis días, la brisa que me ha besado las mejillas, el jardín que de niña visitaba, las confidencias que me hicieron quienes tanto he amado.
Nada de todo ello se irá conmigo. Libro a libro me despojo de las marcas que en la piel me han dejado los lances de este trayecto.
También los surgidos entre una publicación y la siguiente.
Solo unos días atrás, en dos foros distintos, sin conexión entre ellos, destacaban lo valiente -quizá insensato, arriesgado, imprudente- de salir así, con mi auténtica cara ante cualquier medio. Como narradora de mis novelas, al presentarlas, en las redes sociales, junto a otras escritoras y escritores en alguna tertulia, o en las líneas de este cuaderno de bitácora.
Da mi mirada una rotunda respuesta: O soy yo o no soy.
Victoria o nada.
"Desde el faro de la genista" os observo. Muy pronto.
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