Me declaré parte de la resistencia y, a finales de septiembre, supe que, con "La casa de las glicinias", este octubre volvería a ser primavera.
No me equivocaba.
Llegó la cuarta edición de la novela y, con ella, la presentación en Segorbe, bajo el artesonado del Casino Círculo Segorbino, cuna de Cultura, lugar de acogida para la Literatura, para quienes escribimos y para nuestras novelas.
Desde las elegantes butacas, lectores y lectoras, alumnado de la Sede de Interior de la UJI, escritores y escritoras del Alto Palancia.
La tarde se convirtió en velada y la presentación en tertulia. Todavía me asombro cuando escucho la experiencia que cada persona ha sentido al entrar y salir de mi novela o tal vez al quedarse a vivir en ella. Al hacerla suya.
Navajas, rodeada de jardines, fue el siguiente puerto de mi travesía. Amantes de las glicinias se dieron cita para adentrarse en mis páginas, que ahora ya son suyas.
Jazmines, hibiscus, adelfas... ¡Todas y todos escucharon con atención hasta la última palabra, integrados entre el público!
Y, desde allí, navegamos hasta uno de los Centros Históricos de Valencia. Patraix y su Feria Popular Cultural, donde se acercaron todo tipo de lectores y lectoras a por una dedicatoria en su ejemplar de "La casa de las glicinias".
Cuánto calor humano. Patraix es solidaridad, es vecindario, es abrazo e Historia. Fue una jornada tan intensa que nos cayó encima la noche, sin darnos cuenta. Qué gran placer ir de vuestra mano a cualquier parte.
Se me empañan los ojillos al pensar en la parada que nuestra ruta tenía prevista a continuación. Mi padre formó parte de la generación inaugural del Instituto Sorolla y yo estudié allí, un cuarto de siglo después.
A un lado, una de mis idolatradas profesoras. Al otro, uno de mis antiguos y más queridos compañeros.
En el patio de butacas, quienes compartieron conmigo aquellos años. Todavía recuerdo la sensación de estar allí, al otro lado. De regresar, convertida en lo que todos y todas me advierte que sería: Escritora.
Gracias por sacaros de la chistera una tarde que no imaginé ni en mis mejores sueños.
Desperté de esa euforia, camino del Pirineo Aragonés. "La casa de las glicinias" y yo acudimos a un encuentro de escritores y escritoras en la mítica Estación de Canfranc. Qué experiencia tan enriquecedora.
Cuánto aprendido, compartido, descubierto. Increíble la generosidad de todos y todas. Rodeada de nevadas montañas, allí donde el ferrocarril hizo historia, ante uno de los edificios más hermosos que he contemplado, comprendí el secreto de este oficio literario.
Celebrar la semana de las bibliotecas fue el colofón perfecto para este octubre. Gracias, de corazón, a las autoridades del municipio, por contar conmigo.
Solemne acto organizado por el Ayuntamiento de Museros en el que ofrecí una conferencia sobre los temas que escapan de mi novela: "De Martinica al Mediterráneo, un paseo por el Arte Contemporáneo".
No imagino mejor forma de realizar la transición de un mes a otro.
Llega noviembre y viene cargado de eventos fascinantes. No puedo desvelaros -todavía- alguno de ellos, pero os adelanto este fabuloso calendario.
Viernes, 3 de noviembre, Presentación en la Librería Argot, de Castellón.
Sábado, 4 de noviembre, Presentación en los Almuerzos Literarios del Club de Lectura Sagunto.
Jueves, 9 de noviembre, Presentación en la Librería Letras, de Ávila.
Viernes, 17 de noviembre, Presentación en el Ayuntamiento de Torás.
Sábado, 25 y domingo, 26 de noviembre, Encuentro de Escritores y Escritoras en Valderrobres.
Sí, son muy, muy emocionantes. Y más, alguno que aún no puedo contaros.
Ven noviembre...
¡Te espero en "La casa de las glicinias"!
Victoria Daboise
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