Pasé mi infancia y adolescencia en un pequeño pueblo del interior de la provincia de Castellón. La juventud y esta etapa actual -que no sé si describir como madurez- las vivo, la mayor parte del tiempo, en Valencia y alrededores. Si la vejez me alcanza quiero que lo haga aquí, en esta pequeña playa, a los pies de la alicantina Serra Gelada.
Y aquí, junto a mi mar de mil azules, tuvo lugar la primera presentación de "La casa de las glicinias", del mes de agosto.
Entrañable encuentro con lectores, lectoras y amistades. Con quienes comprendían lo que significaba para mí, estar allí, contándoles los motivos que mi enredadera tuvo para florecer en ese lugar y no en otro.
Fue en Altura la siguiente parada de la travesía. Con los brazos abiertos me acogieron las Autoridades de Municipio, José Ángel Planillo como conductor del evento -experto en Gestión Cultural de la Comarca- y los recuerdos de mi niñez, que todavía se columpia en su Glorieta.
Solo tengo palabras de agradecimiento para un despliegue excepcional. Por descontado, cumpliré mi promesa de regresar pronto con mi próxima novela.
Otro mar me aguardaba entre abrazos y reencuentros, ávido de conocer los secretos de "La casa de las glicinias". El Mareny de Marta Cubel -Historiadora del Arte y Gestora de espacios- desveló que, dedicado a la dueña de esa playa, había un homenaje en el libro.
En la arena empecé a escribir otra historia que no tardaré en contaros.
Montanejos ha sido una villa de recreo desde mucho tiempo atrás. Allí pasaba mi abuela los veranos de su infancia. Sé que le gustó verme presentar mi novela en su Sala de Lectura, junto a la plaza del pueblo y con el repiqueteo del río a modo de banda sonora.
A bordo del libro, seguí mi travesía y el Mijares me llevó de regreso a mi Albir del alma para despedir un mes y dar la bienvenida a otro.
Mañana, sábado, 2 de septiembre continúa la ruta de presentaciones en un lugar tan mágico que me costaba creer que existiese hasta que esta tarde he puesto un pie en él. En ella.
"La librería de Ángela" en pleno corazón de Benavente, Zamora. Bendito hogar de libros, de quien los lee y quien los escribe. Un sueño.
Os espero a las 12:00 horas. La cita vale la pena solo por las sonrisas que ya me han regalado.
Mañana, apuntado. Purita maravilla empezar así septiembre.
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